El domingo 11 de septiembre de 2005, Independiente recibía a su clasico rival en la vieja Doble Visera de cemento, por la sexta fecha del Torneo Apertura, Independiente terminó goleando 4-0 a Racing con una gran actuación del santafecino Nicolás Frutos (autor de tres goles) y una joya de Agüero que cada año toma mayor relevancia.
Pasaron 17 años de aquella tarde inolvidable para el Rojo, y también para los hinchas de Racing. Al concurrir a la doble visera ese domingo nadie imagino presenciar una jugada que quedaría en la retina de todos los presentes.
Independiente estaba "paseando" a su rival de toda la vida venciéndolo por 3 a 0, los hinchas explotaban y rompían su garganta gritando mas de lo que se podía, mientras que en la popular visitante los hinchas de Racing escapaban del fuego provocado por ellos mismos al encender los papeles que habían tirado al comienzo del partido, todo era perfecto para el Rey de Copas (o por lo menos eso creíamos en ese momento), sin imaginar que lo mas hermoso estaba por venir.
El resultado estaba 3-0 con tantos de Nicolás Frutos (dos de penal y uno de cabeza) y cuando el reloj marcaba los 37 minutos del segundo tiempo, Agüero tomó la pelota en campo de Independiente, dejó en el camino a Martín Vitali, corrió hasta el área de Racing endemoniado y sin temor, en donde se encontró con el defensor Crosa de frente, le engancho con la derecha, luego con la zurda, y nuevamente arrastra la pelota con la derecha para finalmente cruzarla de zurda al segundo palo del arquero, dejando desparramado y en ridículo a un defensor experimentado ante los ojos del mundo.
Un Agüero Sin piedad, dejando plasmada la imagen en la tapa de todos los diarios, al defensor y toda la defensa de Racing pidiéndole clemencia, el Kun Agüero había sellado una victoria abultada con un gol histórico, con una jugada digna del mismísimo Bochini, una jugada que va a quedar para siempre en el corazón de todos los hinchas de Independiente, y en los de Racing también, pero como una estaca que nunca mas podrán sacarse del pecho, ese día, en donde la Doble Visera se convirtió en un infierno encantador.
El día que Independiente paseó a Racing y Agüero los arrastró.
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