lunes, 29 de junio de 2020

“Sería un orgullo que una de las tribunas del Estadio lleve mi nombre”

Miguel Ángel Santoro contó lo que significaría quedar inmortalizado en el Libertadores de América. También habló sobre los errores de Holan, el rol de Pusineri y Burruchaga para revertir la situación y dijo que le gustaría una vuelta de Ustari a Independiente.
  Pepé Santoro con el buzo de Independiente. Foto: El Gráfico 
Pepé Santoro es sinónimo de Independiente, sea como jugador, director técnico o entrenador de arqueros. Toda su vida fue, es y será el Rojo de Avellaneda. Por eso, la charla con Diabólicos arrancó por ahí, sus inicios en la institución, el gran debut, los primeros títulos y en especial la Copa Intercontinental del 73. Hoy son recuerdos de una carrera futbolística envidiable, recuerdos que repasa telefónicamente y resguardado en su casa en una cuarentena que inició con algunas dificultades... 

- Comenzaste la cuarentena varado en España, ¿cómo lo viviste? 

- Me lo tomé con la tranquilidad necesaria, tratamos de pasar el tiempo lo mejor posible, con juegos de mesa, de cartas, viendo televisión. Charlamos mucho y también hicimos ejercicios. Me quedé con mi señora y mi nieto hasta que tuve la oportunidad de volver a la Argentina. Es difícil porque no podés acercarte mucho a tus seres queridos y expresarles todo lo que sentís, es complicado para todos pero hay que tener paciencia, ya vamos a salir de esto. 

- Viajaste a mediados de marzo para presenciar un homenaje que preparó el club Hércules, ¿cómo fue el reencuentro con tus excompañeros? 

- Fue muy lindo, charlamos, recordamos los momentos que vivimos en el club, todos recuerdan aquel equipo del Hércules como el mejor de su historia. Estuvimos en la cancha y almorzamos, son cosas lindas que te da la vida. Aunque no pudimos concretar todo el homenaje, la idea era salir a la cancha cuando el Hércules haga de local, pero justo se suspendió la fecha. 

- ¿Por qué elegiste ser arquero y qué te gustaba del puesto? 

- Nací con la vocación de arquero, creo que me la transmitió mi padre que fue arquero. Donde mi papá tenía el taller enfrente había un campito, y mientras los clientes esperaban que le arreglen el coche, me pateaban, yo volaba de un lado a otro. Me gustaba revolcarme. 

- ¿Qué recordás de tus inicios en Independiente? 

- Desde muy chico iba a la cancha con mi papá, y casi siempre volvíamos contentos porque el Rojo desbordaba fútbol. A los 12 o 13 años me fui a probar con Raúl Bernao, que también era del barrio, y quedamos. Mi vida futbolística nació y se desarrolló en Independiente, mi club querido. En el año 61 tuve la oportunidad de disputar un amistoso en Villa María, Córdoba. Al año siguiente debuté oficialmente cuando se lastimó Osvaldo Toriani, y tuve que reemplazarlo en el arco. Fueron algunos partidos y volví a la Tercera, hasta que en el 63 me pusieron otra vez y salimos campeones. En el 64 me tuve que operar una de las rodillas y reaparecí en la final de la Libertadores contra Nacional, en Montevideo. Esa noche me fue muy bien, levantamos la copa y tuve la oportunidad de ir a la Selección Argentina. 

- ¿Cuál fue el título que más disfrutaste en tu carrera? 

- Mi carrera estuvo llena de satisfacciones, viví la mejor época de Independiente. Pero sin dudas la Intercontinental del 73. Esa copa es la consagración de todo jugador. Encima ya se nos había escapado tres veces, había que ganarla sí o sí. Fuimos de punto a jugar contra la Juventus en Roma a un solo partido. Ganamos 1-0, con el famoso gol de Bochini, luego de la pared con Bertoni. En aquel año Independiente ganó todo lo que disputó internacionalmente, algo que hoy en día es difícil que se pueda repetir. 

- Tras una carrera tan exitosa me imagino que debe ser difícil la despedida, ¿cómo decidiste tu retiro, hubo algo que te impulsó a tomar la decisión? 

- Después del Mundial de Alemania 74 volví muy golpeado, porque Argentina tendría que haber llegado mucho más lejos, tenía un gran plantel para hacerlo, pero no lo logró. Ahí me apareció la oportunidad de viajar a Europa para jugar en el Hércules y no dudé. En Argentina ya había logrado mucho y estaba muy contento con eso. En España estuve 3 años hasta mi retiro. Después de una carrera tan exitosa, alejarse es una decisión muy dura. Mi último partido en el Rojo fue contra Racing y tuve la fortuna de ganarlo, sobre el final me reemplazó Carlitos Gay y me aplaudieron desde las cuatro tribunas. Fue doloroso despedirme pero es una decisión que ya estaba tomada. 

- ¿Ser director técnico y entrenador de arqueros fue la forma que encontraste para seguir ligado al fútbol y a tu querido Independiente? 

- Cuando estaba en España hice el curso de técnico, ya pensando en continuar ligado al fútbol. Me vino a buscar Julio Grondona para que me haga cargo del fútbol amateur, y así comencé de nuevo. Trabajé mucho en divisiones inferiores y tuve el orgullo de sacar a varios jugadores. También trabajé en fútbol profesional pero siempre me sentí más cómodo en inferiores. Cuando en Independiente no estaban bien las cosas, y como sabían que yo era entrenador me venían a buscar para que ponga el hombro y yo nunca lo dude. Al contrario, lo hacía con satisfacción y después volvía a mi trabajo con las mismas ganas. Una de las veces que me vinieron a buscar para un interinato, yo estaba como entrenador de arqueros en la Selección, tampoco dude. 

- Formaste muchos chicos que defendieron el arco en Independiente, ¿te gustaría que algunos de ellos vuelva al Rojo? ¿Ustari por ejemplo? 

- Al ser parte de su formación, uno se hace hincha del jugador. Me gustaría que vuelvan, ya que conocen la institución y hay un sentimiento de por medio. Y particularmente me gustaría una vuelta de Ustari, pero eso lo tiene que decidir el técnico y la comisión directiva. Hoy está Álvarez, y hay chicos de las inferiores. También está Rehak que está a préstamo y tiene que volver. 

- El Rojo perdió el rumbo, el camino que comenzó a transitar con Ariel Holan en 2017, ¿qué se hizo mal para que esto suceda? 

- Un equipo se forma con 11 individualidades, e Independiente logró conformarlo. No cualquier puede ganar una Copa en el Maracaná. Pero, desgraciadamente por las circunstancias económicas, el club necesita desprenderse de algunos jugadores y generalmente te llevan a los mejores. Es difícil reemplazar a los buenos jugadores. Creo que Holan es un gran técnico pero se equivocó mucho, desarmó muy rápido al equipo. Hoy Independiente está en una etapa de armado, y tengo confianza que lo hará bien, hay muchos chicos que se sumaron al plantel profesional producto del trabajo amateur. 

- ¿Qué pensas de Alan Velasco, “Chaco” Martínez y Alan Soñora? 

- Pienso que son buenos jugadores pero que aparte de ellos hay otros chicos que tienen posibilidades. El club debe reorganizarse y darle oportunidad a los más jóvenes. El trabajo que se hace en el fútbol amateur es muy bueno y tiene que comenzar a mostrar sus frutos. 

- ¿Pusineri está capacitado para revertir la situación? ¿Y Burruchaga? 

- A Burruchaga lo conozco como manager en la Selección. Es una persona del club y que triunfó en Independiente. Tiene muchos años de fútbol, así que debe conocer perfectamente todos los movimientos. Y de Pusineri puedo decirte que conoce bien a Independiente, se hizo querer durante su paso por el Rojo, a través del recordado gol a Boca que posibilitó el campeonato. Sé que él hará todo lo humanamente posible por el bien de la institución y para corresponder al amor que le tiene el hincha de Independiente. 

- Se habla y mucho del nombre del Estadio, es todo un debate entre los hinchas, ¿te gustaría que una de las tribunas del Libertadores de América lleve tu nombre? 

- Mi vida entera fue en el Rojo, para mí sería un orgullo y un reconocimiento a lo que hice como jugador y a lo que hago hoy trabajando para el futuro del club con todo cariño y respeto.

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