Dirigentes de Independiente y Boca tuvieron una reunión para conocer la postura de cada uno en una negociación que antes de empezar, ya había hecho mucho ruido.
Marcone quiere jugar en el Rey de Copas y Dominguez emigrar. ¿Se dará?
Es sabido que Cecilio Dominguez no jugará más en el Rojo. Igual de sabido es que Iván Marcone es fanático de Independiente y su sueño es jugar en la institución. El volante se comunicó personalmente con Lucas Pusineri para hacerle saber que quiere llegar y también lo hizo con algunos directivos de su actual club aunque, en el Xeneize, no cayeron bien las formas.
La postura de Independiente es clara: Intercambiar el 50% de la ficha del paraguayo por el 50% del pase del ex Lanús. La pelota la tiene Boca ya que en principio esperaban, además, que Silvio Romero entrará en la negociación. Igualmente del elenco de la Ribera ya dejaron saber que no podrían pagarle el sueldo que el delantero gana en Independiente.
Pese al deseo de Riquleme y compañía, los Moyano están firmes en su idea de hacerse de la mitad del pase de Marcone a cambio de la mitad del pase de Dominguez. Otra cuestión que entra en juego es la deuda del Rojo por Pablo Perez de U$D 800.000. Y por si fuera poco, anteriormente desde Casa Amarilla, averiguaron por la situación de Juan Sanchez Miño, jugador que desea resignar la deuda que tiene Independiente con él a cambio de la libertad de acción.
Para que Dominguez pase a Boca no solo deben aceptar la oferta, sino que también deberán desprenderse de un extranjero. Uno de los apuntados es Jan Hurtado, delantero que Pusineri evalúa como alternativa.
Es una negociación muy compleja ya que existen muchos nombres sobre la mesa, deudas y cupos que dificultan la transacción. Se comenzó gracias a las ganas de Marcone de jugar en Independiente, que ya avisó que su sueldo no será un inconveniente, y a la necesidad de Pusineri de un volante central. Se cocinará a fuego lento, pero en los próximos días puede haber novedades.
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